domingo, marzo 05, 2006

Soledad...


Duermo,
silenciosamente en la profundidad de un sueño,
ilusión que habita en la oscuridad infinita de las sombras
que irradia una luz incierta
y se pierde entre tantas luminarias
encajadas en el cielo,
luminarias que rompen destellos
de deseos cautivos, extasiados
para un alma triste
que busca y no encuentra
su sentido, su elixir, su todo...

Y entre millares y millares de estrellas
el trémulo titilar de una,
asoma a mi rostro marcado de angustia
una ligera sonrisa de quieta ilusión
que al alma mustia da un aguardo
una esperanza...

Luego de una tarde perdida en el tiempo de sombras
donde habitan mis sueños
donde habito yo triste y vació
me hace estremecer y sentir deseos.
En el viento, el aroma exquisito de un amor quimérico
llega y penetra... mis poros

Despierto,
la maravilla de un sueño asustado
con miedo
y sólo un vago recuerdo se encuentra entre las sombras
donde habito
de un espacio nublado más de lo palpable,
entonces la amargura invade al alma
la melancolía atraviesa al corazón,
sólo el alma puede mirar espejos de la muerte
deseos inmensos de la oscuridad
luego de esfumarse el sueño divino…

Sólo quiero mirar los bosques de la apacibles,
sólo quiero escuchar las notas del olvido
sólo quiero darle otra vida a mi existencia
sólo quiero morir y renacer sin recuerdos.
Deseos angustiosos del alma
que sueña, sabe y siente,
y piensa, analiza lo transmutable
de un alma en pena, desecha
al paraíso soñado, en un silencioso dormir.
Dichosa alma melancólica
que a través del tiempo muere, renace y olvida
pues la muerte se la ha llevado.